Desde hace mucho tiempo, segùn cuentan nuestros ancestros, solia aparecerse un monje vestido de blanco; talvèz porque en el siglo dièciseis nuestra parroquia era un monasterio de la orden dominica, pues por regla vestian de tùnica blanca y su escapulario era blanco cuando eran sacerdotes, no asi cuando eran frailes sin orden sacerdotal.
Al sacristán de la parroquia a principios del siglo pasado Don Juan Morales Jimenes, esta aparición le pedía que lo siguiera desde la cruz de madera que hubiera en otros tiempos hasta los noventa y donde actualmente existe aún el rodete que le servia de pedestal. Hasta llevarlo a las caballerizas en la parte posterior del claustro. No solo a él se le aparecía, sino al parecer hubo varias personas que relatan lo mismo en tiempos mas actuales. El fraile era muy callado y solo hablaba lo necesario. Pero nadie que yo sepa tuvo el valor suficiente para traspasar el umbral de la puerta de la caballeriza y así poder saber de una vez por todas que quería mostrarles o entregarles, acaso seria un «tesoro» u ornamentos y cálices que por situaciones de peligro tuvieron que ocultar y ¿El murió sin poder entregar lo que se le confió?
Vía: Cronista de Nuestro Antiguo Ixtapaluca-Chalco