Iñigo Noriega fue amigo de Porfirio Díaz y dueño de las haciendas más importantes de Ixtapaluca y Chalco, pasaba temporadas en una y otra hacienda. La hacienda de Zoquiapan es el lugar del suceso que a continuación narraremos, platican los abuelos de Ixtapaluca, que en este lugar, el día de préstamo de la tienda de raya se hacia los días jueves, para que el viernes fueran al tianguis de Chalco las esposas de los peones.
Se acercaba el día de muertos y la ofrenda de muertos debía ponerse dos días antes del día de préstamo; se acercaron los trabajadores a pedir se les adelantara el dinero para preparar las ofrendas, formaron una comisión, los atendió su amo, se dirigieron a él con respeto:Patrón, patroncito, queremos que su merced nos adelante la presta para ofrenda de nuestros difuntitos; como es la costumbre, muy enojado, Noriega les dijo: que era cosa de indios ignorantes, que los difuntos no venían y que la ofrenda era un gasto inútil, además les enseñó la lista de la tienda de raya, argumentó lo mucho que le debían, les gritó, los corrió y les negó el préstamo.
Insistieron diciendo que era la costumbre y tradición del pueblo, que sus difuntos se llevaban la esencia de los alimentos, frutas, velas y flores que le ponían, agregando que si no ponían ofrenda serían castigados. Se fueron muy tristes, pensativos, ideando como resolverían su problema. De la misma manera por primera vez en su vida, el déspota patrón, pasó la noche en vela y muy tempranito mando traer a los viejecitos, pues los peones no se habían presentado a trabajar al enterarse que les habían negado el dinero. Al llegar los ancianos, les pidió le contaran más sobre la ofrenda y “el día de Muertos”, estos con humildad y sencillez lo convencieron.
Inmediatamente mandó a comprar frutas, panes, flores, todo lo necesario, por curiosidad quería comprobar si lo que le habían dicho los ancianos era cierto. Puso la ofrenda en un cuarto muy grande, lo dejó cerrado por dos días, según él para que los indios no hicieran trampa, al tercer día mando a abrir y ya no encontró nada, cierto o falso, el caso es que los trabajadores, lograron que la enorme sorpresa que se llevó, desde entonces, cada año les autorizaba el préstamo días antes de la fecha.
Ponía una ofrenda enorme en su casa, mandaba que adornaran la ranchería con flores de cempoalxóchitl, hacía misas, quemaba cohetes, mataba una res, cerdos, borregos, que compartía con sus peones, las campanas de su capilla doblaban toda la noche, era día de fiesta.
Vía: Página de Facebook Maricela Serrano