La casa de los espantos en Ixtapaluca

En Tlapacoya existía una casa que era propiedad del General Plutarco Elías Calles, cuentan los vecinos del lugar que era el lugar donde el general y los funcionarios que formaban su gabinete siendo presidente de la República Mexicana, se divertían los fines de semana.

Traían mujeres hermosas del Distrito Federal, había música, vino, etc. Cuando Elías Calles fue expulsado del país, la casa quedó abandonada, era una finca muy elegante, ubicada en las faldas del Cerro del elefante, alejada de la comunidad; quienes la cuidaban huyeron; fue saqueada y destruida por los habitantes del pueblo y por los nuevos vecinos que fueron llegando. En los años noventa todavía podía contemplarse la construcción.

Cuándo empezó a poblarse el ejido de Tlapacoya, formando la colonia Alfredo del Mazo, las personas que mayormente trabajaban en el Distrito Federal debían bajarse en la parada de Tlapacoya, atravesar el pueblo y caminar alrededor del cerro y forzosamente debían pasar por dónde estaba ubicada dicha casa. Cuentan que todos los días escuchaban música de piano y risas de hombres y mujeres.

Un día un señor se acercó a una ventana, vio el salón lleno de gente con ropas de otra época, las damas con vestidos largos, plumas elegantes en la cabeza, collares, etc; los caballeros de traje, llenos de anillos y cadenas de oro; bailaban, bebían y charlaban; una de las mujeres se desprendió del grupo, invitando al curioso hombre, detrás de ella venía un militar que abrió la puerta, al verlo el vecino de la colonia se dio cuenta de su aspecto calavérico, se echó a correr hasta llegar a su casa y evitó volver a pasar por allí.

Cuentan que cuando se derrumbó la casa, se aparecía un perro negro y las personas que lo miraban se enfermaban y morían.

Un campesino que llevó a sus borregos a pastar a este sitio, aseguró que se aparecía una mujer muy bella que lo llamaba, le dio temor y se retiró del lugar, pero tiempo después el hombre sucumbió a sus encantos y acudió a su llamado, se lo llevó y nunca más se supo algo del hombre. Al demolerse, las autoridades locales visitaron toda la finca y en uno de esos Hoyos encontraron a un hombre encadenado muerto

Los vecinos le compusieron un corrido que lleva por nombre: » la casa de los espantos».

Vía: Página de Facebook de Maricela serrano Hernández

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